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Conocida por sus playas soleadas, vida nocturna vibrante y lujosas propiedades frente al mar, Miami también se destaca como un epicentro para la industria náutica. La ciudad ha experimentado un auge en el mercado de botes y yates, creando una oportunidad única para los inversores que buscan aprovechar el atractivo turístico y el estilo de vida lujoso de la región.
La navegación en botes y yates se ha convertido en una actividad de moda y un símbolo de estatus en esta ciudad cosmopolita. Los turistas y residentes buscan explorar la belleza de la costa de Miami y las islas cercanas, generando una demanda constante de servicios de alquiler y excursiones en bote. La cultura náutica está arraigada en Miami, invertir en botes y yates no sólo significa aprovechar la demanda turística, sino también atender a una base de clientes locales apasionados por el estilo de vida náutico. Los eventos náuticos, las regatas y las actividades acuáticas son fundamentales para la identidad de Miami, creando un entorno propicio para el crecimiento del negocio náutico.
El modelo tradicional en las agencias de alquiler de yates consiste en operar con yates de propietarios privados a cambio de una comisión que ronda aproximadamente el 15%. Sin embargo, operar con una flota propia, permite minimizar las pérdidas y obtener márgenes de beneficio cercanos al 50% en las embarcaciones.
El negocio es sencillo pero innovador. Los clientes hacen contratos con los dueños de los yates para alquilarlos por 4 u 8 horas a clientes y turistas. Por ejemplo, el yate más lujoso mide aproximadamente 40 metros y cuenta con todo el lujo típico de estas embarcaciones.
El servicio de entrada prevé el alquiler de un yate de 13 o 14 metros a un costo de más o menos 1.600 dólares por 4 horas incluyendo la tripulación. El servicio más lujoso tiene un costo cercano a los 14.500 dólares por 8 horas de servicio que incluye chef y jet sky, entre otros atractivos, como un equipo de buceo.
Adicional a esto, cabe resaltar que a medida que la conciencia ambiental crece, los consumidores buscan opciones más sostenibles. La industria náutica no es una excepción. Los inversores pueden diferenciarse al ofrecer opciones de navegación más ecológicas, como botes eléctricos o yates con tecnología limpia. Esto no solo beneficia al medio ambiente, sino que también puede atraer a clientes que valoran la sostenibilidad.
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